lunes, 8 de julio de 2013

“En mi familia biológica todo se charlaba. Era más natural, había amor, cariño”

La nieta restituida Elena Gallinari Abinet apuntó contra sus apropiadores por entorpecer la causa, resaltó el rol amoroso de su familia biológica y dio detalles sobre su restitución, durante la primera audiencia del juicio por su apropiación que comenzó esta tarde en La Plata.
La jornada ante el TOF 1 se inició con la lectura de la elevación a juicio contra los apropiadores Elichalt y Madrid y la médica Kirilosky. Los acusados tuvieron la oportunidad de declarar, aunque los tres se negaron a hacerlo.
A continuación, Elenita, como se la conoce familiarmente, comenzó con su testimonio.
“El trato era a veces malo y a veces bueno. Con una vida familiar que yo pensaba que era natural en ese momento”, describió a Madrid y Elichalt. Contó que le dijeron que la habían “encontrado abandonada en un baldío”. “Me mostraban el baldío cuando pasábamos por ahí. Era cerca de la casa de los padres de Madrid. Era chiquita, teniendo en cuenta que me restituyeron a los 10 años”, describió.
Luego, contó que supo que era hija de desaparecidos cuando fue restituida: “Estaba en la escuela primaria, en City Bell, y me vino a buscar la directora y me subió a un auto gente de la fiscalía, recién en el tribunal me explicaron por qué yo estaba ahí. Recuerdo que había una asesora de menores, una jueza, y no me acuerdo más”. La fiscalía quiso saber cuál fue la actitud de los apropiadores al respecto. “Ellos interpusieron muchos obstáculos en la causa, de hecho yo estuve mucho tiempo sin DNI, por ejemplo”.
Sobre las pericias, contó: “Hubo una primera antes del 87, en un lugar de La Plata. Madrid me trajo a un lugar de La Plata a sacarme sangre y me dijo que era un chequeo médico. La segunda vez fui al Durán, también me dijeron que era por un chequeo, pero recuerdo que Madrid estaba muy nervioso. Hubo una tercera pericia, a los 16 años, más o menos. Fuimos con mi abuela Leonor y con mis tíos que tenían la guarda. Pero ellos no se presentaron, porque seguían diciendo que eran mis padres biológicos. Entonces, tampoco tenía DNI”.
Elena narró que su padrino era José Félix Madrid, hermano de su apropiador. “Un personaje pesado, que participaba en la patota de Gordon”. Su apropiador también trabajaba en la policía y al momento de su restitución lo habían ascendido a subcomisario.
Elena recordó el encuentro con su familia y, en particular, con su Abuela Leonor. “La conocí el día de la restitución. Conocí a mis abuelas materna y paterna, tíos y tías maternos y paternos, un primo. No sé si en ese momento me contaron de mis padres biológicos. Fueron tiempos lindos, mi familia estaba muy contenta por haberme encontrado, pero eso implicaba otra integración. Porque yo no era un bebé, era una niña. Mi Abuela Leonor, que era quien me buscó, estaba muy contenta. Yo me sentía muy contenta, muy a gusto con mi familia biológica”.
En un primer momento, Elena vivió un mes con una tía materna. Luego, con su tío materno y sus primos, de mutuo acuerdo. “Fue raro porque me encontré con dos hermanas. Cuando fui a vivir con mi familia tuve una relación de libertad. Cambie el nombre que no me gustaba, otra educación. La vida era distinta. Mercedes era muy nerviosa, o me decían que era muy rebelde. Tenía 10 años. En mi familia biológica todo se charlaba. Era más natural, había amor, cariño. Me dio mucho amor, mucha contención”, detalló.
En esos tiempos, el matrimonio apropiador continuaba haciendo llamados a la niña: “Era intimidatorio porque yo sentía mucho miedo. Decían que querían hablar conmigo y no decían quién era. Tenía miedo, me daba mucha angustia, tenía miedo de que me volvieran a secuestrar. Viviendo con los Madrid tenía muchas pesadillas, eran constantes. Soñaba con manos que me agarraban, tenía esos sueños recurrentes, de muchas manos que me agarraban. Por eso cuando yo estaba en casa me ponía lejos de las puertas y las ventanas porque tenía miedo de que me secuestraran”.
Luego de la restitución, un día se encontró con Madrid y con Hernán. “Madrid se me acercó y me dijo algo así como ‘chiquita mía’. Yo me asusté y me fui y tuvimos que salir con custodia policial porque también estaba Félix. Lo único que me dijo fue: ‘No te preocupes que te vamos a recuperar’”.
Pese a todas las investigaciones, aún no se sabe dónde estuvo detenida “Mara”, la mamá de Elena, ni dónde nació ella. En la audiencia, Elenita reconstruyó situaciones que vivió con Madrid: “Tengo recuerdo de haberme dicho que yo había nacido en la Comisaría 5ta de La Plata. En su casa había elementos, yo siendo niña encontré un portafolio con fotos de mujeres tiradas en el piso y todo eso a mí me lleva a sospechar que él sabe donde yo nací. A veces íbamos a la comisaría y me decía que había nacido ahí”.
También recordó que una vez le preguntó a los apropiadores por sus padres biológicos y “ellos no querían responder. Se pusieron muy nerviosos”. Otro recuerdo que evocó fue en la casa de la madre de Madrid. “Vi por televisión a las Madres y la madre de Madrid dijo “'algo habrán hecho, no se ocupaban de cuidar a sus hijos'”.
Para finalizar su declaración, Elena contó que encontrar los restos de su madre fue “como  abrir una ventana para saber dónde estuvo desde el final” y que, por otro lado, es una victoria. “Ella volvió a nuestra casa, ella está donde nosotros queremos que esté”. Y concluyó: “Yo estoy en este juicio porque creo que Madrid sabe y espero que el tenga un gesto de humanidad y diga lo que sabe. Y, por otro lado, por un pedido de Justicia” 



El testimonio de las hermanas
Después de un cuarto intermedio de media hora, a las 16.50 se retomó la audiencia. Fue el turno de la declaración testimonial de Inés María Pasman, hermana materna de Elena. Narró lo que conoció sobre la militancia de su madre, la relación con su pareja, Bocha, padre de Elena y su desaparición. También contó cómo debían cambiar de domicilio y de nombre dada la situación de persecución que padecían. Rememoró también el operativo en el que secuestraron a su madre de la pensión en la que vivían, en un primer piso, con su hermana Isabel. Recordó cómo ella y su hermana, una vez que amaneció, caminaron hasta la casa de los padres de Bocha. Una vez allí las pusieron en contacto con su familia hasta que regresaron con su padre. Destacó además que encontrar los restos de su madre fue un hecho muy importante en su vida, algo muy emotivo.
En cuanto a la apropiación de su hermana, su abuela Leonor la llamó para comunicarle el hallazgo; Inés tenía entonces 17 años, iba a cuarto año del secundario. Tiempo después la joven fue a conocerla.  “Fui yo sola, en tren y ella estaba esperándome afuera en bicicleta. Me abrazó y me dijo ‘me gusta tener hermanos mayores’”, relató. Desde entonces el vínculo con su hermana fue muy bueno.
A continuación declaró María Isabel Guadalupe Pasman, también hermana materna de Elena. Su testimonio fue similar al de su hermana Inés, recordando los hechos previos y contemporáneos al secuestro de su madre. María Isabel recordó la panza de su madre embarazada de Elena, el secreto en el que vivían entonces, ya que sabían que María Leonor, su madre, era buscada después de la desaparición de Miguel Ángel. También rememoró el operativo en el que cuatro hombres vestidos de fajina se llevaron a su madre. Debido a los golpes y el trato violento, pensó durante mucho tiempo que ese embarazo no había seguido adelante. Pero once años después su abuela Leonor le dio la buena noticia: tenía una hermana. También valoró el hecho de haber encontrado los restos de su madre como algo muy bueno: “Antes tenía la incertidumbre de saber qué paso. Es como ordenar un poquito, saber dónde esta. Se te van todas las fantasías que uno pueda tener, sabes que murió y que los restos están ahí”, dijo.


EAAF
Después de estas declaraciones y un nuevo cuarto intermedio, comenzó la declaración de Sofía Egaña, del EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense), que informó sobre el proceso de identificación de los restos de María Leonor Abinet. Se trató de un largo proceso que comenzó el 3 de septiembre de 1984, con la exhumación de restos de 9 fosas del Cementerio de San Martín en el marco de la causa nro. 24.592 “Dattoli, Héctor s/denuncia”, tramitada en el Juzgado Penal Nro. 3 de San Martín. Esta exhumación fue realizada de forma asistemática y acientífica. Aquellos restos fueron enviados a la Asesoría Pericial de La Plata, en donde se desarticularon los cuerpos encontrados, se mezclaron las distintas partes anatómicas y se volvieron a remitir al Cementerio de San Martín para su inhumación en 25 bolsas dos años después, en 1986.
María Leonor había sido registrada en la documentación existente como N.N. femenino; las causas del deceso, muerte violenta, ocurrida en Ciudadela el 2 de febrero de 1977. Fue enterrada el 14 de ese mes en la misma fosa con otros tres hombres y cuatro mujeres más.

Veinte años después, en abril de 2006, el EAAF exhumó estas mismas bolsas enterradas. Estudiaron el contenido, tratando de determinar el número de individuos al que podían pertenecer los restos y proceder a su identificación. Como las partes estaban mezcladas, comenzó un proceso de reasociación. El primer esqueleto reasociado fue el de María Leonor. Encontraron que su cráneo mostraba lesiones compatibles con las producidas por el proyectil de un arma de fuego. Para confirmar su identidad se compararon las piezas óseas con las muestras sanguíneas. El 25 de abril de 1009 el EAAF emitió el primer informe sobre este caso que indicaba que los restos pertenecían a María Leonor Abinet. Todavía se emitieron dos informes más en los años 2010 y 2011 de reasociación de secciones óseas.

1 comentario:

  1. yeno de felicidad, de alegría, estoy contento, tengo mas ganas de seguir vivendo, de creer que si, que si se puede, que es necesario, que es la única manera de evolucionar, de crecer, de encontrar luz. buscar la verdad! encontrarla y compartirla y disfrutarla! éxitos!

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