La justicia que llega
Elena Gallinari Abinet - centro- rodeada de su familia
La mujer del comisario,
quiso a cualquier precio,
aunque la naturaleza,
se lo había negado,
ser madre.
El comisario,
que en plena dictadura,
supo ser el jefe en los campos clandestinos,
decidiendo sobre la vida y la muerte,
de las personas detenidas - desaparecidas,
le cumplío el deseo a su mujer.
La mujer revolucionaria,
que junto con su compañero,
lucharon por un país más justo y soberano,
que soñaron juntos con engendrar,
y criar al hombre nuevo,
pagaron con su vida el atrevimiento.
La mujer revolucionaria,
que fue madre donde,
ninguna mujer debería haber parido jamás,
fue despojada de su hija,
a quien no volvería a ver más.
La médica cómplice,
de la maldad absoluta,
falsificó documentos,
estampó su firma,
para completar así el crimen más atroz.
37 años después,
el ex comisario, su mujer y la médica,
fueron condenados,
por la responsabilidad de los delitos cometidos,
ante la justicia federal argentina,
a penas de prisión.
La hija de la revolucionaria,
hoy toda hecha una mujer,
rodeada de su verdadera familia,
sonríe satisfecha,
por la misión cumplida,
en el nombre de sus padres,
y en el suyo propio,
de haber hecho justicia,
la justicia que en mi país tarda, pero llega.
María Ester Alonso Morales